viernes, 28 de agosto de 2020

Un tipo reo pero educado

“Juan Valentino no es el típico estereotipo del músico de jazz. Tiene su propio estilo, una actitud muy personal. Es un tipo muy informal y se nota que es buena persona. Es muy sencillo”. Así lo define Clara, recepcionista de hace varios años de Thelonious Bar en Palermo, donde el guitarrista se presentó en muchas oportunidades. Además allí, Valentino grabó un disco en vivo que vende por su cuenta en los lugares donde toca.

Un profesor de educación física de la escuela tenía muy buena onda con él y con su hermano y en una oportunidad le explicó a la mamá de Valentino que se debía a que sus hijos eran “reos pero educados”. Ese es el nombre de uno de los últimos trabajos de Valentino, “Reo pero educado”. Y él lo eligió porque cuando estaba armando el cd notó que tenía una combinación de acid jazz con un toque fino que le trajo aquel nombre a la cabeza.




Lo último que compuso es un tema al que bautizó “Y vino Emma”, por su flamante hija nacida recientemente y de la que espera sea flautista o algo relacionado a la música. “Es una especie de funk un poco más modernito”, describe su autor.

     Le gusta mucho componer pero considera que también es importante tocar, y en vivo, porque cree que es una manera de estudiar. Se lo ve muy profesional, muy dedicado al instrumento, porque además de tocar muy bien, Valentino incursionó en una técnica que no es sencilla. Es la del músico norteamericano Wes Montgomery que en lugar de una púa usaba su dedo pulgar. Se enamoró de su música y manera de tocar y quiso implementar ese método para hacer algo distinto al resto de los guitarristas.

Le interesa mucho la política y su sensación es que como le gusta el arte, no puede no estar a favor de lo que hizo el ex presidente Néstor Kirchner y de lo que está continuando la actual mandataria Cristina Fernández. “Esperé 44 años para tener un presidente como Néstor. Me banqué a (Juan Carlos) Onganía, (Alejandro) Lanusse, la Junta Militar, ´Mendez´(por Carlos Menem), (Fernando) De la Rúa. Nunca pude estar orgulloso de un presidente. Siempre sentí bronca. Odié la política toda mi vida por el asco que me daban éstos tipos”.  

     Valentino es un hombre totalmente contrario a las ideas y formas autoritarias. “En el mundo, todo por la fuerza ya se terminó. Yo lo entendí cuando tuve a mis hijos. Uno no puede imponer nada por la fuerza a nadie. Hay que convencer, persuadir, hacer que el otro vea y razone”.

     Además de tener algunos alumnos particulares, desde hace dos años da clases en un conservatorio que queda en el barrio porteño de Flores y se llama ´Tempo´. “Es muy buen profesor y como persona es particular porque tiene una personalidad muy divertida. Como es músico, es todo un personaje. Habla mucho, es verborrágico y muy simpático”, lo describe Willy, director de la Escuela de música.

     Para su formación profesional, Valentino hizo clínicas en Buenos Aires con grandes músicos como George Benson, Roben Ford, John Scofield y Mike Stern. “A todos les fui a romper las pelotas con Wes Montgomery”, confiesa. “Me detestaban a veces. Benson me odió cuando le fui a hablar de Wes en vez de hablarle de él. Scofield, no. Re buena onda, la mejor, humilde, divino. Pero Benson, que es un negro grandote con traje romany, le dio una bronca cuando le dije: ´pero Wes Montgomery tal cosa´”.

     Cuando uno le pregunta a Valentino por alguien que él considere que tenga más autoridad para hablar de su persona, responde que solamente podrían hacerlo las personas cercanas como sus hijos, su familia. Los dos primeros hijos los tuvo con la ex esposa, y recientemente, una beba con la mujer actual con quien está en pareja desde hace cinco años. “Es como mi alma gemela. Tengo una relación muy compinche y profunda con ella. Un día, un conocido mío de hace más de 15 años me dijo que yo era un tipo jodido. Cuando volvimos a casa ella me dijo que aquel hombre no me conocía. En cambio ella sí que me caló”.

(Nota que realicé para la materia Técnica Periodística II que dictaba el profesor Adrián Figueroa Díaz en ETER).

18 de junio de 2011.

jueves, 27 de agosto de 2020

“Las corporaciones hacen que se pierda el humanismo”

Juan Valentino llega al bar acordado y casi antes de saludar a la cronista le pregunta su signo y zoodíaco. Ella contesta que géminis y mono a lo que él replica que es escorpio y búfalo y que se lleva bien con los monos. 

Valentino es un hombre desestructurado. Quizá por eso no le fue bien con la música clásica. Es un apasionado del jazzero estadounidense Wes Montgomery, de quien tomó la técnica del pulgar con la guitarra, y es uno de los pocos músicos que en Argentina incursionó en esa habilidad. Dentro de unos minutos se va a presentar con su hijo de 21 años, Matías Valentino, en un dúo de guitarra y piano en un restaurante en Palermo Soho.
-¿Le molesta tocar en lugares donde la gente no va exclusivamente a escuchar música? 

-Si fuera 1920, puede ser. Hoy en día está todo bien. Inclusive, te digo que en 1920 también. Los músicos que yo admiro hacían eso. Tocaban en lugares donde la gente estaba comiendo o hablando mucho. Yo tengo grabaciones de Wes Mongomery o de Bill Evans donde se escuchan perfectamente los cubiertos, las copas, hasta un teléfono en un momento. Teléfono, no celulares como ahora hay tantos. Y pienso que hoy también es parte del camino, del estudio. Aunque la gente no te presta tanta atención en el momento, te da la posibilidad de estudiar en vivo que es muy importante. Estudiar en la casa está bien, hay que hacerlo, pero después hay que estudiar en vivo. Yo lo llamaría así, no sé cómo le dicen en Berklee, supongo que performance. 

-Inclusive es interesante el ensamblar con otros músicos… 

-Claro, después hay que ensamblar con otros músicos en una zapada en el momento. Eso es parte del oficio que uno se tiene que hacer como músico. Cuando uno estudia a esos grandes como Charly Parker que siempre me gustaron, inclusive también Atahualpa Yupanki, todos han hecho ese tipo de trabajos. 

-Usted tomó clases de piano desde los 5 a los 9 años en el conservatorio de Música de Morón, ¿Qué lo llevó a cambiar de instrumento? 

-Yo quería ser pianista, como mi hijo que ahora es pianista (Matías Valentino). Estudiaba música clásica pero me aburrió mucho la pedagogía. No podía aprender a leer nada porque era todo un embole cómo me lo explicaban. Así que me aburrí tanto que dejé piano y quedé medio frustrado porque además tenía una maestra que me pegaba con la regla en la mano. Al piano lo dejé como por diez años y agarré la guitarra porque está en todos lados. Iba a la escuela, había una guitarra; iba a la casa de un amigo, había una guitarra; mi primo, tocaba la guitarra. Pero no era el instrumento que yo quería. 

-¿Con cuál quería incursionar? 

-Trompeta. Es chiquitita para llevar a todos lados, es genial. Y, ¡suena! A los 12 años escuché jazz por primera vez porque mi papá se compró un ´pasa magazines´, se decía en aquella época. Era como el cassette pero más grandote y más primitivo. Y ahí conocí a (Louis) Amstrong. Escuché la trompeta y me enamoré, quería ser trompetista. Primero pianista y después trompetista; guitarrista nunca. 

-¿Y qué pasó con la trompeta? 

-Yo vivía en Haedo, era muy difícil comprarse una trompeta en esa época. Después la estudié a los 17 y también toco un poco, me gusta mucho. Pero toco mejor la guitarra. Me enamoré del jazz por Amstrong, me fascinaba cómo cantaba, cómo tocaba la trompeta, el sentido de la improvisación que tenía. Fue realmente como el (Carlos) Gardel del jazz, quedé impactadísimo. De hecho, yo tocaba la flauta dulce de madera que te daban en la escuela, y me saqué los solos de Amstrong con esa flautita, todas las notas que tocaba el tipo, yo tocaba encima con la flauta. Era una pobreza de sonido (risas). Porque la trompeta suena gorda, divina, llena. 

-Así agilizó el oído. 

-Claro, era una forma de empezar a estudiar por lo menos. Yo quería tocar esa frase tan linda que tocaba él, con lo que sea. Si era con el calefón de la cocina, también. Después escuché todo el jazz que vino atrás, las grandes bandas de blancos como Glenn Miller. Descubrí a Charly Parker y a Dizzy Gillespi, y escuché el bebop que me parecía imposible de tocar. Después vino el hard bop que es el jazz que toco hoy día y el que me parece más lindo de todos. Es el último estilo de jazz que llegó a la pureza máxima, es hermoso. Es el que tocaban (John) Coltrane, Dexter Gordon, Sony Rollins, Wes Montomery, Clifford Brown en trompeta. 

-¿Cómo fueron esos primeros acercamientos a la música? 

-Yo empecé con la música porque mi papá y mi mamá escuchan mucha música. Mi mamá era la parte popular: tango, folklore. Con ella conocí a Atahualpa Yupanki, a María Elena Walsh, a Julio Sosa, a Gardel. Mi papá, música clásica. Le gustaba (Johann Sebastian) Bach, (Ludwig van) Beethoven, (Piotr Ilich) Tchaikovsky. Entonces tuve esa influencia. 

-Y después tocó rock and roll. 

-Sí, empecé con los Beatles. Me mataba, me sacaba todos los temas, todas las canciones, los acordes y todas las voces; la que hacía George Harrison, la de Paul (McCarteney). Yo nací en el 61, o sea que cuando yo tenía 8, 9 años los Beatles habían reventado el mundo. Y me hice fanático de los Beatles, me encantaban. Cuando los escuché por primera vez, yo pensé que no los conocía nadie; fue genial. Fui al colegio y les dije, che, escuchen esta banda que encontré que son unos tapados y son unos genios. Y se los puse y los pibes me decían, ¡los Beatles son éstos! Los conocían todos. No sé por qué aluciné que eran unos tapados que le gustaban a mi mamá nada más. Mi primo ya tocaba la guitarra y yo empecé a sacar los acordes de los Beatles, los punteos de George Harrison, y comenzó a gustarme el punteo ahí. Empecé a sacar los punteos de Harrison y de Tony Sheridan, el blusero inglés que tocó con ellos. Yo quería puntear. 

-Y ahí aparece el blues y de la mano, el jazz. 

-¡Claro! Por ejemplo, Ritchie Blackmore era un gran guitarrita de rock que además mezclaba con música clásica, hacía cosas de Bach en la guitarra y al mismo tiempo era medio jazzero cuando tocaba la pentatónica, lo hacía de manera “jazzerita”. Y el bajista de Deep Purple hacía los caminados de jazz, por ejemplo en el tema que se llama Haragán, Lazy, el bajo hace un caminado parecido al de jazz. Entonces a mí ya me gustaba eso. Me estaba dando cuenta de que el caminado de jazz me estaba gustando mucho. Todavía no había escuchado lo suficiente. 

-Y llegó a Wes Montgomery. 

-A Wes lo escuché por primera vez de grande, a los 19, 20 años. Es más, estaba en una crisis, iba a dejar la guitarra. Porque ya estaba tocando la trompeta. Estaba enloquecido con Amstrong y con Clifford Brown. También tenía una Fender Stratocaster, tocaba a lo John Maclaughling, Santana, y usaba distorsión con púa. Yo veía que todos tocábamos igual y eso me frustraba. Teníamos esa distorsión, ese yeite que hacen los rockeros. Y como ya me gustaba el jazz, no había encontrado a un guitarrista de jazz que me matara. Me gustaba Django Reinhardt, por supuesto, pero me parecía muy gitano, muy europeo. Yo quería algo más “negro blusero”. Entonces un amigo al que le decíamos el Capitán Beto y que era 10 años mayor que yo, que venía a escuchar los ensayos de la banda que yo tenía en ese momento que era de jazz fusión, con “viola” distorsionada y bajo eléctrico, este pibe me dice: “¿vos querés aprender a tocar la guitarra de verdad?” y yo le dije que sí, que era lo que más quería en la vida. Y de atrás de la espalda saca un vinilo doble: “Wes Montgomery”. Era un negro plantado en la tapa que yo pensé, ¡Dios mío!, me lo llego a encontrar en un callejón en una noche oscura y salgo corriendo. Un negro divino, enorme. Son dos de los discos más grosos que grabó Montgomery: “The Incredible Jazz Guitar of Wes Montgomery” y “So Much Guitar”. Y fui a mi casa, puse el disco y no la podía creer. Me quedé mal, lo guardé y por seis meses no lo quise escuchar más. Dije, bueno, me pongo un almacén y ya está. Porque era increíble este tipo y encima después leí que tocaba con el pulgar. Tenía una velocidad de púa pero era con el pulgar que le da un toque totalmente humano, primitivo y cálido. Yo dije, este tipo inventó la tercera técnica. La primera es la clásica, con toda la mano; la segunda es de púa, que se usa para guitarra eléctrica; y la tercera, es usar el pulgar como una púa, pero nadie la siguió, muy poca gente. 

-Y ¿Cómo fue tocar con Pity Álvarez de Intoxicados?

-Divertidísimo. Me invitó a tocar en un estadio gigantesto. La primera vez que fui a tocar con el Pity, yo salí y dije, bueno, ¿me pegarán o no los pibes cuando salga? Porque yo encima me hago el jazzero, voy con traje y reloj de agujas. Salgo y había un grupo de fanáticos de Viejas Locas y me dicen: “señor, ¡la rompió!”. Los pibes me ven tocar con el pulgar y soy tan canchero como ellos, aunque tenga 50 pirulos.  

-¿Cómo es tocar con su hijo Matías Valentino? 

-Es increíble. No tengo explicación de la suerte que tuve en la vida de sacar un hijo pianista, además. Si era guitarrista, es loco porque dos guitarras a mí no me gustan. Lo mejor que me puede pasar es tener un hijo que toque el piano y que le guste. Encima es un genio, talentosísimo. Es el caso del pibe talentoso bien orientado. Yo siempre pensé, y antes de tener hijos, el genio de verdad sale de segunda generación. La primera generación que hace algo, es el pionero, que sería mi caso. En la familia ninguno era músico entonces dije que yo iba a hacer música. Siempre pensé que los genios son de segunda generación, no de primera. Porque se cría en el ambiente adecuado y eso es muy importante. Matías se crió en el ambiente adecuado. 

-¿Y se llevan bien? 

-Sí, a los dos nos gusta jugar al tenis. Así que cuando no estamos tocando a veces vamos a jugar al tenis. Tenemos gustos muy parecidos, los dos somos escorpianos. Él es serpiente y yo búfalo. Y la serpiente y el búfalo se llevan bien además. Me llevo bárbaro. Con él hicimos un dúo de piano y guitarra y nos pasamos todos los veranos laburando juntos en la costa, Pinamar, Gesell, Cariló, Mar de las Pampas. 

-Y su hija de 26 años, ¿Hace música? 

-Ella está estudiando Derecho y canta pero lo hace como terapia, a veces viene a cantar con nosotros a la banda. 

-Y ahora fue padre de otra nena.. 

-Sí, de Emma. A ella también la voy a sacar música, flauta traversa, canto, ya vamos a ver. Pero yo siempre tuve la idea de que los chicos tienen que hacer lo que se les dé la gana y uno, apoyarlos. Yo tuve la suerte de que mi hijo eligiera algo que a mí me gusta también. Mi hija está estudiando Derecho y me parece genial. Yo quiero que ellos hagan lo que quieran y de verdad lo digo. Por eso me salió pianista porque yo siempre quise que él hiciera lo que quisiera. Está bien, lo llevaba a un lugar para que él viera y se copara pero si no se copaba me daba lo mismo. Ahora, el hecho de que él se haya copado, me hace dar cuenta de que no me daba lo mismo. Es lo más grande que te puede pasar. Y que te lleves bien, también. 

-¿Con qué músicos disfrutó más compartir grabaciones, shows en vivo? 

-Los últimos dos discos que grabé toqué con Cristian Jeréz. Nunca toqué con un pianista tan bueno como él. Encima es argentino, es increíble. También toqué con Roger Kalloway, un pianista americano que grabó los últimos discos con Wes Montgomery. Y grabó con todos los genios que te imagines, con todos los capos americanos, con todos, un genio el tipo. Fue lindo, disfruté con él. Este pibe Cristian Jeréz toca tan bien, tan lindo es tocar con él. Yo tocaba una balada, la melodía, y él hacía los apoyos del pianista y era como estar tocando con el pianista de Wes Montgomery. Muy lindo, mucho gusto. Otro pianista con el que también me gusta tocar y con el que estoy tocando bastante seguido de invitado es con Pablo Raposo. Tienen un trío que se llama “Trío Índigo”, que el bajista y el baterista también tocan conmigo. Son Pablo Carmona (bajo) y Claudio Rizzo (batería). Son dos muy grandes músicos del ambiente que tocan con todos. Pablo Raposo tiene un corazón para tocar. Además de la técnica buena que tiene pone el cuore y eso me fascina. En un momento se prende fuego. Disfruto mucho cuando toco con ellos. Mucha prolijidad y no dejan de lado el cuore que es muy importante para mí. 

-¿Cómo fue su experiencia con Willy Crook y los Funkies Torinos? 

-Fue única, nunca pensé que me fuera a pasar algo así. Recorrí toda la Argentina, los países limítrofes, fui a Estados Unidos, Colombia. Fue una experiencia increíble porque además el estilo de Willy se prestaba para la viola que toco yo, con estilo jazzero pero sobre funk y soul. Y la verdad es que queda hermosa, queda tan linda, tan rara. A la gente le llamaba la atención. Yo creo que lo que pegó de los Funkies Torinos es el tipo de guitarra que se eligió Willy al elegirme a mí. No porque me haya elegido a mí particularmente. Sino por el hecho de llevar un guitarrista de jazz a tocar al ambiente del funk, del soul, del rock. Entonces al poner la guitarra de jazz él tuvo la sutileza, la fineza de poner este toque de jazz. Encima metió un jazzero que tocaba con el pulgar y era muy loco. Estuvo muy bien la combinación. Y otra cosa excelente fue Patán (Vidal) que es un gran pianista de jazz y de blues también.
-Con él grabó dos discos 

-Sí, el primero y el segundo. Patán tiene todo. Patán te manda una frase de jazz divina, de blues que parece que está tocando con Pappo, también te manda algo que suena clásico. Es un pianista muy versátil que también tiene mucho nivel, mucho corazón. Tiene todo. Entonces con un pianista como Patán, el saxo de Willy; Jorge Pascuali en bajo, que es una luminaria del bajo que tocó con (Luis) Salinas. Vos le decís a Salinas Jorge Pascuali y el tipo te hace una reverencia. Después apareció Timoty (Gustavo Javier Cid) que tiene un swing el pendejo que no se la puede creer. Y la verdad es que fue una banda muy especial y que la gente se daba cuenta de que era especial. Hice mucha experiencia de trabajar con esa banda, de viajar, de tocar, de conocer lugares. 

-Después de “Reo pero educado”, ¿Sacó algún otro disco? Según los archivos no, ¿Priorizó otras actividades? 

-Sí, hice un par de piratas. Lo que pasa es que es muy difícil luchar con la gran corporación de la música. Más cuando uno es un artista chico. Entonces sacar un disco para un artista chico que solamente va a hacer una tirada de 5 mil, o 10 mil, o 3 mil; tendría que decirte ahora 6,7,8 (risas); no rinde entonces no se tiene apoyo de nadie y es complicado. Este par de piratas que hice fueron tocando en cuarteto con Pablo Raposo, (Pablo) Carmona y Nico Soco, baterista, en vivo en Thelonious (Bar – Night Club) y los vendo. Creo que deben ser los que más vendí porque hace tantos años que los voy vendiendo en la costa en todos lados pero tipo pirata. Tengo ganas de sacar un disco nuevo por Matías. Es más, quisiera hacer un disco del trío de Matías y aparecer como invitado. 

-¿Hay algún otro proyecto que tenga en mente? 

-Sí, algo que tampoco pude hacer por presupuesto. El disco de éxitos de todos los tiempos de rock nacional tocados en jazz. Con contrabajo, piano de cola, guitarra de jazz, batería con escobilla; e ir invitando a distintos músicos. Por ejemplo, hay un tema de Spinetta que me gusta mucho “Cementerio Club”, hacer una buena versión, bien blusera, tirando a jazz y que lo cante Pity, por ejemplo. Después hacer un tema de Charly divino, “Promesas en el bidet” pero que lo cante (Miguel) Zavaleta. Una balada, también de Charly linda pero que la cante Diego Torres. Es una idea que voy a ver si la puedo plasmar. 

-Cuando tenía 23 años abrió un estudio de grabación propio, El Monasterio, ¿Cómo fue esa experiencia? 

-Sí. Mi viejo tiene un departamento muy lindo en Avenida Santa Fe y Callao. Y en una época yo me puse un estudio en la parte de atrás, en la parte de servicio. Tenía ocho canales, análogo, con grabador de cinta abierta. Fue a mediados de los 80. Y grababa cosas chicas, jingles, para radios, el primer demo que se quería hacer alguna banda. Y me sirvió mucho para estudiar. Para tener un lugar donde encerrarme con mis amigos a tocar sin molestar a los vecinos y para que nadie me chillara. O sea al revés, un lugar donde encerrarme, sin que me rompan las pelotas a mí. Entonces me armé un estudio, todo alfombrado. Con la fibra de vidrio como corresponde. El vidrio doble pero la puerta también era de vidrio doble, o sea que se veía todo del otro lado. Teníamos un piano Rhodes, contrabajo, y hacíamos sesiones de zapadas desde el viernes a la noche hasta el domingo a la noche, tocando. Con Patán y otros amigos, Jorge Zírpolo, un gran guitarrista también. 

-Con Marcelo Gillespi estuvo colaborando en un programa en la Rock and Pop, ¿Cómo fue esa experiencia? 

-Sí, colaboraba una o dos veces por semana durante un año y medio en el programa que se llamaba “Gillespi Hotel”. Iba de cero a dos de la mañana por Rock and Pop. Divino, nos cagamos de la risa. La pasábamos tan bien. Fue una época muy linda, además el programa era distinto al de hoy en día, “Falso Impostores” que es a las 19. Tienen que parar a dar el informativo. Es más careta, digamos. Igual nada puede ser careta con Gillespi porque es un genio. Te reís y siempre tiene un doble sentido lo que dice. Y hay una bajada de línea muy copada. Y yo ahí no trabajaba de músico, decía el horóscopo chino. Me mandaban mails y yo contestaba cosas del horóscopo chino. Así pude conocer a Ludovica (Squirru), me hice re amigo. Una vez estuvimos con ella diciendo el horóscopo pero cuando llamaban, si preguntaban por el horóscopo ella decía: “no, no, horóscopo Valentino”, ella solamente hablaba de Feng Shui, porque en esa época estaba enloquecida con el Feng Shui. Muy lindo la pasé. Y conocíamos mucha gente. Me encantaba hacer eso. Después ya cambió de dueño la radio, viste cómo es eso. Las corporaciones. Es así, cuando en el mundo las cosas se hacen muy, muy grandes, se pierde el humanismo. 

-Entonces las grandes corporaciones lo acaparan todo. 

-Totalmente. Yo lo viví en carne propia ahora que nació mi hija. Está en un sanatorio del que no voy a decir el nombre, pero voy a decir como dice (Peter) Capussoto, el sanatorio de Los Hijos de Puta. Con mi mujer hacemos siempre esa broma, vamos a la tintorería, nos matan con el precio y decimos que es la tintorería Los Hijos de Puta. Este fue el sanatorio de Los Hijos de Puta. Es todo muy mercantilista, muy a lo de la guita, entonces se pierde la humanidad. Se pierde el humanismo y se pone todo más feo.
1 de junio de 2011

domingo, 8 de julio de 2018

Telma Luzzani: “Dejar tantas familias en la calle es criminal”


Tres comunicadoras, Cynthia Ottaviano, Telma Luzzani y Luisa Valmaggia, marcharon junto a cientos de periodistas en defensa de las voces disidentes que el gobierno de la Alianza Cambiemos intenta acallar.

Durante la Marcha Nacional de Prensa, reclamaron el cese de la persecución ideológica y sindical y exigieron la reincorporación de los 357 trabajadores y trabajadoras despedidos de Télam y de otros medios públicos y privados.



“Desde el 10 de diciembre de 2015, cada vez son más los miles y miles de periodistas que no tienen y no tenemos trabajo. Hoy todos somos Télam pero también somos Radio Del Plata, también somos Tiempo Argentino, somos el canal 360 TV, somos la señal CN23, somos el Buenos Aires Herald, somos la Agencia DyN. Permanentemente tenemos que estar sumando quiénes somos. Porque somos trabajadores y trabajadoras de la palabra que están viendo pisoteados sus derechos por este gobierno. Y esto pasa en el plano de la comunicación, en el plano de la educación y en el plano económico. Es una transferencia de recursos de quienes menos tienen, o de los menos empoderados, hacia los que más tienen. Éste es el modelo extractivista de Mauricio Macri y es lo que venimos a decir que no, que no queremos más esta persecución”, sentenció la periodista, docente y escritora, Cynthia Ottaviano.

“Vamos sumando, la TV Pública, más Radio Nacional, que por un lado ofrecen retiro voluntario, que son despidos encubiertos prácticamente; más Télam, el cierre de DyN, los problemas en Radio Del Plata, C5N; en fin, yo creo que el gremio nuestro, el periodístico, es el que ha sufrido más despidos”, agregó la escritora y periodista especializada en Política Internacional, Telma Luzzani, quien fue una de las primeras despedidas de la TV Pública, cuando asumió el gobierno de Mauricio Macri.

A su vez, la periodista y locutora Luisa Valmaggia, aseguró: “Desde la vuelta de la democracia, no tengo registro de un momento tan nefasto para los trabajadores de prensa y en general para todos los trabajadores. Pero particularmente nuestro gremio nunca había recibido un ataque semejante en los medios públicos y en los medios privados. Creo que tiene que ver con un proyecto de cercenar las voces, de no permitir que lo que está ocurriendo, de vaciamiento de los medios públicos, se conozca. Por eso me parece muy importante que no nos quedemos solamente en el lamento sino que salgamos a la calle a exigir la reincorporación de todos los trabajadores, porque esto es parte de la defensa de la democracia, preservar la libertad de expresión”.

Cientos de periodistas de distintas provincias de la Argentina, marcharon desde el Obelisco hasta el Centro Cultural Kirchner, donde funcionan las oficinas del Sistema Federal de Medios Públicos, para decirle su titular Hernán Lombardi, al presidente de Télam Rodolfo Pousá y al gobierno nacional de Mauricio Macri: No silencien la prensa. Basta de persecución ideológica y sindical.

Algunos trabajadores llevaban cintas negras en sus ojos, otros, sobre sus bocas, y un pañuelo negro en sus cuellos con la leyenda: ‘No nos callen”. Mientras otros sostenían carteles con la imagen de Lombardi y Pousá donde se leía: ‘Vaciador’.

“Esta es una lucha colectiva. El gremio de prensa tiene muy claro que no es cierto lo que dicen en el gobierno que hay libertad de expresión, sino que por el contrario se vulnera de manera permanente y los derechos de las audiencias son también absolutamente pisoteados”, expresó Ottaviano y agregó: “Aquí se está viviendo la aplicación de un plan estratégico del gobierno nacional que así como tiene un neoliberalismo extremo en el ámbito económico, tiene un darwinismo de ultraconcentración en el plano comunicacional. Esto quiere decir que aplica a voluntad, y porque forma parte de su plan estratégico, distintas políticas públicas. La del vaciamiento de los medios públicos, la de la persecución ideológica y la persecución sindical en todos los medios de comunicación; la de los tarifazos, de manera que la comunicación comunitaria, alternativa y popular no pueda pagar las tarifas de luz y entonces van cayendo las programaciones. La de la gubernamentalización de los organismos de control o la del vaciamiento político como la Defensoría del Público. En el Congreso de la Nación Argentina no existe la Comisión Bicameral que debería estar controlando lo que hace Lombardi y no existe por la voluntad política de Mauricio Macri y de su gobierno. Es todo un consorcio entonces donde también se distribuye la publicidad oficial de manera inequitativa y desde ya que se ha habilitado una concentración única en la historia de la Argentina. Telecom-Clarín es la única empresa monopólica, entonces, que puede dar el servicio de ‘cuádruple play’”.

“Lombardi ha dado razones absolutamente falsas por los despidos que ha producido”, reclamó Valmaggia y añadió: “Yo espero que reflexionen, recapaciten y que los compañeros vuelvan a ser reintegrados a sus tareas. Espero que lo escuchen. Porque además, este gobierno que dice que dialoga con todos, que es el gobierno de la pluralidad, está claro que no respeta la división de poderes, que no respeta la libertad de expresión y esto trasciende al mundo. Así que espero que recapacite”.

“Fui una de las primeras personas que echaron en abril del 2016. Estábamos en Visión 7 Internacional y nos dijeron algo muy parecido a lo que están diciendo ahora. Que iba a haber una nueva Visión 7 Internacional, y a pesar de que tenía contrato hasta fin de año, no lo cumplieron ni me indemnizaron. Yo lo que creo es que es un plan sistemático, que ya lo tenían desde antes de que ganaran, de aniquilar cualquier tipo de prensa independiente, que transmita las noticias. Quieren una voz única, adicta, oficialista. Y hacen un doble juego. Mientras demonizaban a 6 7 8, o demonizaban aquellas noticias, grupos, diarios o programas que no les gustaba, estaban por otro lado eliminando la mayor cantidad de voces divergentes posibles”, opinó Luzzani y agregó: “Así llegamos hoy, a nada más y nada menos que 357 despedidos en Télam que es un desastre a nivel no solamente periodístico sino a nivel humanitario. Dejar tantas familias en la calle, en el marco del ajuste en el que estamos, es criminal”.



“Desde el colectivo de prensa movilizado en Buenos Aires, apoyado por distintos sindicatos y distintas organizaciones de la sociedad civil, exigimos que se tomen medidas urgentes, ya sea en el ámbito del Poder Judicial, en el ámbito del Poder Legislativo, para revertir la masacre a quienes trabajamos en los medios de comunicación y tenemos un pensamiento opositor al del gobierno nacional”, señaló Ottaviano.

La ex Defensora del Público, también se refirió a la necesidad de la plena vigencia y el no vaciamiento de la entidad creada por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que dirigió durante cuatro años. “Es muy valioso que la Defensoría del Público siga existiendo. Tiene un equipo de trabajo que formé hace seis años y realmente es extraordinario y es un valor y un activo de la democracia. La Defensoría del Público es ejemplo en Argentina, en Latinoamérica y  en el mundo. De manera que este gobierno debería proponer de manera urgente que se conforme la Comisión Bicameral en el Congreso para que pueda haber un Defensor o Defensora y entontes tenga todas las potestades que señala la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual”.     



Fue notable la cantidad de efectivos policiales apostados a lo largo de la Avenida Corrientes, como ya es costumbre desde la asunción del gobierno de la Alianza Cambiemos. ‘El ajuste no cierra sin represión’, es la frase más dicha y escuchada en las movilizaciones populares. También es la lamentable realidad que recrudece, como durante las últimas manifestaciones contra la reforma previsional en diciembre de 2017. 

“Lo que estamos viviendo en materia de comunicación, es un drama para la nación argentina, es un drama para la democracia y el mundo tiene que saber que el gobierno de Mauricio Macri acalla y produce censuras directas e indirectas en las voces opositoras y disidentes”, subrayó, por último, Ottaviano.




Telma Luzzani, sobre el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y el neoliberalismo reinante

“El enorme y arrasador triunfo de López Obrador es muy importante para la región porque teníamos una etapa y unos pasos de retroceso, que para mí son momentos de avance y retroceso como en cualquier momento político, pero esto va a dar un aire nuevo a los gobiernos, a los ciudadanos que voten y a los planes antineoliberales. Acá el tema no es si se es peronista, socialista, sino si se está contra el imperialismo y contra el neoliberalismo que es el peor de los regímenes”.

“Para empezar, dijo que va a rescatar la política exterior antigua, tradicional de México, que implica la no injerencia y el respeto a lo que elije otro país como modelo político. Esto quiere decir: ‘No me voy a meter más en Venezuela’, ‘No le voy a hacer el caldo gordo a Estados Unidos con Venezuela’. Eso ya es enormemente importante y  beneficioso”.      

“Sin duda, el ciclo neoliberal, este último, el impulso conservador de Macri, de Temer, creo que ya están agonizando. No digo pasado mañana, pero en un par de años vamos a tener una ola más fuerte, más poderosa, contundente y precisa de la que tuvimos a principios del siglo XXI”.


Por Ana Belén Marrello


Luisa Valmaggia conduce ‘Abrir el juego’ por Radio Cooperativa, AM 770, de lunes a viernes de 9:00 a 12:00. Información periodística, cultural y entrevistas.

A Telma Luzzani se la puede escuchar en su programa semanal de política internacional llamado ‘Voces del Mundo’, por Radio Cooperativa, AM 770, de lunes a viernes, de 21:00 a 22:00. El programa radial se replica en la agencia rusa Sputnik. Además, está escribiendo un libro sobre la Guerra Fría y, durante el segundo cuatrimestre, va a brindar un Seminario en la Universidad de Periodismo de la Plata sobre, estima (aún está en conformación), el período (de la presidencia en Estados Unidos de Donald) Trump.

Cynthia Ottaviano y Roberto Caballero hacen ‘Dos por uno’, los lunes a las 17:00 en Radio Caput. Sobre análisis político y de medios.


viernes, 6 de julio de 2018

Celia Carbajal: “Ahora hay que salir a explicar que se es útil”


Periodista y editora de la sección Sociedad de Télam. Tiene 57 años, es sostén de familia y trabaja en la agencia nacional de noticias desde 1994. Es una de las 357 personas despedidas.


La Marcha Nacional de Prensa se movilizó desde el Obelisco hasta el Centro Cultural Kirchner donde funcionan las oficinas del Sistema Federal de Medios Públicos, para repudiar los despidos y el ajuste en los medios de comunicación. Celia Carbajal, despedida hace 10 días, luego de 24 años de trabajo en Télam, aseguró: “Con estos 357 despidos blanquearon que el rol que tiene que cumplir la agencia es el de desaparecer para no contar lo que está pasando en la Argentina. Nos eliminaron seis corresponsalías completas. Los corresponsales despedidos son 48 en todas las provincias, de 90 compañeros en total. Nos están dando la pauta de que no se trató de una reestructuración sino del aniquilamiento por etapas de la agencia”.

Además, la periodista alertó: “En este mundo cada vez más mentiroso no puede ser que los Estados se desprendan de agencias de noticias que tienen una estructura y un protocolo de actuación, de verificación de fuentes y de riqueza informativa, como lo que le está pasando hoy a Télam”. 


-¿Nos podés contar brevemente tu paso por Télam? ¿Hace cuánto trabajás en la agencia nacional de noticias?

-Eso sería un poco largo porque trabajo en Télam desde 1994. Estoy centrada en periodismo científico, salud pública, tecnología, desarrollos, y como soy editora de la sección, como le decimos nosotros, en 'todismo'. Todos los demás temas en los que se hace difícil publicar, tal como vienen las cosas en estos momentos, de oleadas de lucha popular por el sostenimiento del hospital público, de la escuela pública. Entonces ya venía una situación de mucha tirantez respecto a qué tipo de rol tenía que cumplir la agencia. Me parece que con estos 357 despidos blanquearon que el rol que tiene que cumplir la agencia es el de desaparecer para no contar lo que está pasando en la Argentina. Para no comunicar, ni informar a un territorio que es muy basto, muy regionalizado, que tiene una riqueza tremenda en su diversidad y Télam en eso es ideal por ser una agencia estatal, financiada con dineros públicos, y hacer su tarea de unir a este país. Nos eliminaron seis corresponsalías completas. Los compañeros corresponsales despedidos son 48 en todas las provincias, de 90 en total. Nos están dando la pauta de que no se trató de una reestructuración sino del aniquilamiento por etapas de la agencia. Como nosotros ya venimos con una historia de resistir el desguace, resistir el cierre del 2000 y resistir el intento de cierre de 1996, nos agarró sabiendo lo que hacer pero nos escaló absolutamente la solidaridad del conjunto de los trabajadores porque evidentemente esto nos está pasando a todos. Acá no hay un puesto de trabajo que pueda dejarse perdido y como se ve en la marcha, continúa esa solidaridad enorme que además fue una solidaridad también internacional porque las agencias de noticias de países como Francia, como Gran Bretaña con la BBC de Londres, tan mentada por nuestros funcionarios, que tiene 21 mil agentes en todo el mundo y la mayor parte son periodistas; como EFE, como ANSA, como las agencias alemanas, la pública es la DPA. También vinieron a una conferencia de prensa que hicimos donde 60 medios nacionales e internacionales pusieron el alerta en que en este mundo cada vez más mentiroso no puede ser que los Estados se desprendan de agencias de noticias que tienen una estructura y un protocolo de actuación, de verificación de fuentes y de riqueza informativa, como lo que le está pasando hoy a Télam. 


-De hecho, la totalidad de los trabajadores de Télam es de 880. No llegan a la cantidad de periodistas de éstos medios internacionales que mencionás.

-En el ancho territorio nacional, somos 880. Pero además con funciones que no sólo son la gráfica tradicional que tenía Télam, además de la función publicitaria de control, de contralor de los dineros que el Poder Ejecutivo pauta en los medios privados, sino por sus actos de gobierno, por sus actos de Estado, por audiovisual, radio, infografía, que fue despedida la totalidad de la sección menos uno. O sea, una persona no puede hacer operativa infografía, mientras están diciendo que el emprendimiento este es moderno, es para modernizar. Ningún medio hoy estaría considerando que se puede prescindir de infografía. En la corresponsalía La Plata, de diez compañeros siete fueron despedidos. Es imposible dar cuenta de lunes a domingo, como funcionamos nosotros, 7 x 24, en el territorio de Buenos Aires donde vive casi la mitad de la población de Argentina, con tres personas y sin fotógrafo. Esto es un estrago que además nos hace prever que en el segundo semestre del tercer año venga otra partida especial para despedir más gente y se van otros 350. Así que eso nos mantiene unidos. Nosotros no somos 350 menos 880 despedidos. Los compañeros han ratificado en todas las asambleas que somos 880 y vamos a seguir siendo 880 o más con el apoyo tremendo que nos está dando el pueblo argentino.

-¿Puedo preguntarte tu edad, si sos sostén de familia y cómo está compuesta tu familia?

-Sí, soy sostén de familia. Se puede decir que tengo una familia ya criada que tiene alas. Voy a tener 57 años. Y pasé por las secciones de Espectáculos, de Internacionales y de Sociedad, en la Agencia Télam. Por supuesto aprendiendo cada vez más, siempre, y como los maestros, nunca consideramos que estamos plenamente formados. Otro delirio que hizo la empresa es formar un montón de gente, que se ve que han contratado cursos privados de sus amigos para entrenarlos en nuevas capacidades, y a esa gente después la despidió.

 

-¿Tenés expectativas de que los reincorporen?

-Sí, creo que esto no es una pelea de reincorporar de a uno. Creo que esto es una batalla política como lo hemos planteado. El psicópata del ministro Hernán Lombardi, que estaba anunciando 354 despidos al tiempo que celebraba una jornada buena para el periodismo y para la ciudadanía en el país, creo que ya no puede sostenerse. Todos lo han visto expuesto estos días, balbuceante, tratando de tapar el sol, con los periodistas que le preguntaban en grandes medios de comunicación cosas sensatas que no sabía responder salvo por su verso. Qué decir del presidente de Télam que es el mismo que vino en el 2000 a fracasar en el intento de cierre y liquidación, (Rodolfo) Pousá, que también dice cosas cada vez más delirantes. De hecho, Pousá acaba de reunir a un pequeño grupo de responsables intermedios de una casta de trabajo para tratar de rehabilitar una especie de agencia paralela y fue repudiado hasta por esa misma gente que lo escuchó decir sandeces como que Télam iba a estar de cara al mercado del habla hispana de Estados Unidos. Unos delirios como el de la estratósfera de Carlos Saúl. Entonces es como que ya no da para más esto. Son ellos o nosotros, como dijimos en las primeras asambleas, porque realmente la riqueza que desplegó el personal de Télam en estos días para idearse cómo salir a contarle a la sociedad lo que estaba pasando, que es un tema complejo porque hay que conocer un sistema productivo como el de una agencia. Es muy específico. Cada trabajador tiene ese desafío de andar explicando qué es lo que hace y que es útil, porque ahora hay que salir a explicar que se es útil, entonces se desplegó tanta riqueza que creo que hemos hecho una reválida de título de trabajadores dignos. Y esa reválida que el pueblo argentino está obligado a hacer cada día se sostiene con la solidaridad de todos los trabajadores y la verdad que la estamos disfrutando.

Audio de la entrevista: https://archive.org/details/CeliaCarbajalMarchaNacionaldePrensa

Por Ana Belén Marrello

 

lunes, 30 de abril de 2018

A 50 años de la CGT de los Argentinos


En el Espacio Político y Cultural ‘Participación Popular’, del barrio porteño de Boedo, se realizó el tercer encuentro del ciclo de paneles con debate, en el marco de conmemorarse 50 años de la fundación de la CGT de los Argentinos.


Un local que olía a café, que vendían dos compañeras de la organización para sostener el espacio, fue el lugar que cobijó a los presentes. En esta oportunidad, los disertantes fueron el historiador Hugo Chumbita, el periodista y escritor Eduardo Jozami y el investigador e integrante del Archivo Ricardo Carpani, Ignacio Soneira; con la coordinación del analista internacional y miembro del colectivo Carta Abierta, Lido Iacomini.

Los temas giraron en torno al periódico de la CGTA, la incidencia en la publicación del escritor y periodista desaparecido Rodolfo Walsh, la participación del artista Ricardo Carpani, la importancia del rol de Raimundo Ongaro en el surgimiento de un sindicalismo de liberación y de un conjunto de abogados, en la defensa de las y los trabajadores, en el marco de la dictadura del general Juan Carlos Onganía. También, tanto Jozami como Chumbita hablaron del asesinato del secretario general de la Federación de Trabajadores de Prensa, Emilio Jáuregui, ocurrido en junio de 1969.

Imágenes de trabajadores aguerridos, con puños y fusiles en alto delante de paisajes fabriles, fueron proyectadas sobre una pared por Ignacio Soneira. Se trata de algunas de las emblemáticas ilustraciones del dibujante, artista plástico y militante político Ricardo Carpani, quien participó en el semanario de la CGT de los Argentinos y dejó una huella imborrable en el movimiento obrero y en el arte, con sus murales, afiches y dibujos.


El Archivo Ricardo Carpani surgió a partir de un convenio entre la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y Doris Halpin, la viuda del dibujante, con el objetivo de impulsar la restauración, la conservación, la puesta en valor y la investigación del archivo personal atesorado en la casa del artista y militante. Forman parte del colectivo, un equipo interdisciplinario integrado por historiadores del arte e investigadores, quienes, además, se encuentran organizando el material para su exposición.

“La CGTA fue sin duda una de las experiencias más ricas de encuentros entre sectores del campo artístico, intelectual y obrero en la historia reciente argentina”, definió Soneira. Entre los artistas destacados que formaron parte lateral o central del emprendimiento que surgió en marzo de 1968 se encontraban los cineastas Octavio Getino, Gerardo Vallejos y Nemesio Juárez; el escritor Rodolfo Walsh; integrantes de lo que se conoció como la Vanguardia Plástica de Rosario y Buenos Aires, que impulsaron la experiencia contrainformativa ‘Tucumán Arde’; y el artista Ricardo Carpani.

Carpani formó parte activa de la central obrera casi desde sus inicios. “Realizó gráfica, fue delegado personal de Raimundo Ongaro en el exterior y redactó documentos para la CGTA, como las palabras iniciales del balance que la CGTA publicó en marzo de 1973”, momento en que se disolvería la CGTA, si bien su semanario mantendría durante un tiempo un funcionamiento clandestino.


Soneira compartió con los presentes un fragmento del texto ‘Palabras iniciales’ que Ongaro le encargó a Carpani para el semanario de la CGT de los Argentinos. “Es de destacar la constante desmitificación de la violencia, realizada por la CGT de los Argentinos desde su periódico y en los hechos, como asimismo de las consignas de unidad y organización. En el primer caso señalando a la violencia como algo inherente a toda sociedad estratificada en clases opresoras y clases oprimidas, distinguiendo además de la violencia represiva del régimen, la violencia de la explotación cotidiana que el sistema impone a los trabajadores, y contraponiendo a esa violencia reaccionaria la necesidad de ejercer por parte de éstos todas las formas de violencia revolucionaria, como único camino capaz de conducir a su liberación”.


“En el segundo caso afirmando que no puede haber unidad con los enemigos del pueblo ni con los traidores a la clase obrera; que la única unidad posible y deseable sólo puede darse en la lucha constante y efectiva contra el sistema; que sólo de esa lucha puede surgir una auténtica organización revolucionaria de la clase obrera peronista; y que esa organización no habrá de resultar de la aplicación mecánica, hecha desde arriba, de modelos abstractos, sino de la experiencia concreta y viva de las bases, templadas en la diaria pelea”, continúa el documento.

En tanto, el historiador, abogado, periodista y docente universitario Hugo Chumbita, que fue parte de la fundación e integró el equipo de abogados de la CGT de los Argentinos, nombró a numerosos compañeros abogados laboralistas y penalistas que tuvieron incidencia en los años en que la clase obrera argentina padeció la persecución y el hostigamiento por parte de la dictadura de Onganía. Se refirió al apoderado de los gráficos y gran amigo de Raimundo Ongaro, ‘gallego’ Conrado Ortigosa, de quien fue colaborador; Mario Landaburu, Rodolfo Ortega Peña, Eduardo Luis Duhalde, Roberto Sinigaglia, Mario Kestelboim, Hipólito Solari Yrigoyen, Ricardo Rojo, Antonio José Deleroni, Néstor Martins, Miguel Zavala Rodríguez, ‘el sapo’ Rafael Lombardi, Raúl Aragón, Carlos Giraldez, entre otros. “Cuando los nombro, me siento un sobreviviente, porque pocos de ellos quedamos en pie”, sostuvo Chumbita.



A su turno, el referente de Derechos Humanos, militante político, abogado y profesor universitario Eduardo Jozami rememoró el período previo al surgimiento de la CGT de los Argentinos y enfatizó la importancia del semanario de la central que contó con las plumas de los escritores y periodistas Rodolfo Walsh, Rogelio ‘Pajarito’ García Lupo, Horacio Verbitsky, José María Pasquini Durán, Luis Guagnini, entre otros.


“El periódico cumplió una función política notable dentro de la acción de la CGT de los Argentinos. Precisamente porque la CGTA era una central sindical pero era una apuesta política también. Entonces el periódico tenía que llegar a todos lados porque tenía que llegar el mensaje de la CGT de los Argentinos”, subrayó Jozami y agregó: “Incluso se discute la idea de que el periódico tenía que tener corresponsales en las fábricas. No sólo había que tratar de que les llegara a los compañeros en las fábricas sino que hubiera uno que se hiciera responsable de la distribución. Eso no salió tan aceitado como nunca sale pero hubo una muy fuerte vocación porque esa política que expresaba la CGTA y su periódico llegara al pueblo de una manera lo más amplia posible, y además tuvo un tiraje realmente importante”.

“El periódico de la CGT de los Argentinos fue una guía para la militancia, fue un instrumento de lucha. Recuerdo que tenía páginas centrales que servían como afiches. Venían separadas en el medio para que fueran utilizadas por los obreros en diversos conflictos, entre ellos, de convocatoria a la movilización”, recordó Chumbita.

“Por otro lado, el periódico, así como tuvo el respaldo de Ongaro y el de (Ricardo) De Luca, secretario de prensa, también tuvo sus objetores. Había algunos dirigentes sindicales a los que no les gustaba el periódico porque decía otras cosas de las que habitualmente decían los periódicos sindicales. Era un periódico que hablaba de política de la primera a la última página, era un periódico que decía que había que subvertir, aunque no usara esa palabra, toda una tradición sindical, y era un periódico muy abierto en temas que tampoco en el sindicalismo más vandorista a veces se reflejaran tanto, como la cuestión latinoamericana, internacional, la relación con todos los sectores de la cultura, intelectuales”, señaló Jozami y añadió: “Entonces el periódico fue un instrumento privilegiado para hacer que la CGTA se convirtiera en el eje de la oposición a la dictadura. Porque era más fácil acercarse al periódico que a cualquier otro lado. Y el periódico era más convocante que cualquier otro espacio de la CGT. No sólo el periódico, los discursos de Ongaro, la militancia de tantos centenares de compañeros por todas partes, las tareas de las regionales del interior. De alguna manera el periódico se inserta en todo esto”.         

Rodolfo Walsh fue director del periódico pero también, integrante de la agrupación de base de prensa de la CGT de los Argentinos. “Éramos muy pocos compañeros que nos reuníamos todas las semanas y discutíamos mucho. La agrupación se formó después del Cordobazo y las primeras reuniones fueron bastante más numerosas. Pero después de la clausura de la CGT, el funcionamiento medio clandestino se fue debilitando”, detalló Jozami.



“Walsh, que al fin y al cabo era el director del periódico, y además era un gran escritor, podía haberse eximido de venir a hablarnos todas las semanas para discutir con nosotros qué era lo que pensábamos. Celebro que no lo haya hecho porque para mí fue una experiencia muy importante. Muestra una humildad de la cual Walsh dio pruebas después a lo largo de su militancia”, agregó Jozami quien detalló que la experiencia del semanario de la CGTA fue muy rica. “Fue hecha en una coyuntura política muy especial y coincidió con lo que para Walsh fue su primera experiencia política como militante. Y además porque es ésta experiencia la que lo lleva a cuestionarse mucho su rol como escritor en ese momento. Él era muy exigente con las cosas que escribía y al mismo tiempo también políticamente se cuestionaba el rol que estaba cumpliendo como escritor. La CGT de los Argentinos tiene que ver mucho con lo que él escribió y no escribió después”.

La muerte de Emilio Jáuregui

“Emilio Jáuregui había sido secretario general de la Federación de Trabajadores de Prensa, en el proceso en que yo dirigía el sindicato de la Capital. Fue asesinado el 27 de junio de 1969 en un acto que convoca la CGT de los Argentinos en Plaza Once como repudio a la visita de Nelson Rockefeller. Es ya un momento caliente de la política argentina. Esto es posterior al Cordobazo pero además dos o tres días antes de la muerte de Vandor. Creo que es un día después de que aparecieron quemados los Minimax (supermercados cuyo dueño era Nelson Rockefeller) en toda la ciudad y la verdad es que todavía no sabemos exactamente por qué lo mataron a Jáuregui. Cómo, sí. Un patrullero policial lo persiguió de una manera casi obsesiva un par de cuadras hasta arrinconarlo contra una pared y le tiraron, pero no sabemos si eso fue porque lo vieron a Jáuregui, que era de distinguirse en las manifestaciones. Era muy peleador. Fue acribillado. Él tenía un arma encima pero no parece que haya siquiera podido sacarla, porque fue corriendo con el patrullero detrás”, describió Jozami.   

“La noche en que lo mataron a Jáuregui, compañero en ese momento de Eduardo Jozami en el gremio de los periodistas, le fuimos a llevar a Rodolfo Walsh el testimonio de uno de los compañeros que había visto el incidente desde una vereda cercana. Recuerdo la severidad de Walsh tomando notas sentado, preguntando al testigo, como si fuera casi un interrogatorio judicial, todos los detalles del caso para poder reconstruir la escena. Quizá, ese podría haber sido otro de los libros de denuncia de Rodolfo”, contó Chumbita.

“Walsh enseguida pensó que esa tenía que ser una gran denuncia. Y todos nos imaginamos que venía el cuarto libro de investigaciones de no ficción de Walsh. Incluso hubo un par de reuniones para tratar de organizar un poco el trabajo. Pero rápidamente Walsh se dio cuenta de que la situación del país ya no era la misma de cuando escribió sus tres libros anteriores (‘Operación Masacre’, ‘¿Quién mató a Rosendo?’ y ‘El Caso Satanowsky’), donde él tuvo problemas, alguna vez estuvo preso también, pero ese tipo de trabajo que requería ir a Coordinación Federal, a los juzgados, a todos lados, investigar, con varias fuentes policiales, en ese momento era muy difícil de hacer. Y estaba metido hasta acá, no sólo en la CGT de los Argentinos sino también de algún modo en el camino que después lo llevaría a las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) y más tarde a Montoneros. La muerte de Jáuregui fue como el anuncio de que se venía algo nuevo en la Argentina pero no para bien”, manifestó Jozami.    

Rememoró Chumbita: “Después lo vi otra vez a Walsh cuando le fui a llevar un artículo, que me lo publicaron, aunque le cambiaron el título. Era un artículo sobre la fundación de la OEA (Organización de los Estados Americanos), y yo recordaba que en ‘La Hora de los Pueblos’ (documento), Perón decía: ‘La OEA es una verdadera porquería’. Yo citaba eso de Perón y le puse como título: ‘OEA, la mal parida’, con toda la bronca que teníamos en ese momento a ese nido de la sumisión al imperialismo yankee. Y escrupulosamente, el titulista del periódico lo cambió y me puso: ‘OEA, la mal nacida’. [risas]. Pero el periódico no ahorraba títulos y epítetos duros, burlones, incluso para los tipos del gobierno, los militares, represores, los sindicalistas traidores, etc.”.





Texto y fotos: Ana Belén Marrello

miércoles, 24 de enero de 2018

La reforma laboral no va a pasar

El secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, fue entrevistado por el periodista  Juan Amorín para Crónica Anunciada, programa radial de FM La Patriada, sobre la reforma laboral, proyecto que sigue impulsando el Ejecutivo nacional; el documento de la CGT contra el gobierno, entre otros temas. Al respecto afirmó: "La relación de la CGT con el Gobierno le hizo mucho daño al sindicalismo. Hoy peleamos por cuestiones elementales: tener paritarias libres”.    



El periodista Juan Amorín consultó a Hugo Yasky sobre la reforma laboral, la cual podría ser fragmentada en varias leyes, según deslizaron desde el gobierno nacional. “El gobierno tiene una obsesión. Cree que todos los problemas de la Argentina se van a resolver con la baja del costo laboral. Piensan realmente como lo que son: un gobierno de ricos para ricos. Piensan con la lógica de los grandes empresarios, sobre todo los que están volcados al mercado de la especulación financiera, los que están volcados a los mercados externos, que hace tiempo en la Argentina decidieron divorciarse de la suerte del mercado interno. No les interesa el poder de compra de los asalariados, no les interesa que los jubilados no puedan llegar a fin de mes; y en función de eso, la obsesión que tienen es esta reforma laboral que, por otra parte, es una suerte de enema que aplica el Fondo Monetario Internacional a todos los países, que como la Argentina en este momento se convierten en deudores crónicos”, opinó el secretario general de la CTA de los Trabajadores.

“Fracasaron en el intento de aprobarla de una sola vez, como venían con el empuje inicial cuando copiaron el texto de la reforma brasilera. Tuvieron que retroceder en chancletas porque con lo que hicieron con la ley que se aprobó para quitarles la movilidad a los jubilados, sufrieron un costo político enorme. Saben que no estarían en condiciones de afrontar hoy una confrontación política y con la masividad de las protestas que habría en el caso de que quisieran avanzar con la reforma laboral, y están buscando vericuetos para poder de alguna manera aprobarla sin que parezca que es la reforma laboral. Seccionarla en varias leyes, varias iniciativas. Todo responde a la misma lógica, hacer que los trabajadores, los jubilados, paguemos los platos rotos de la especulación financiera y del endeudamiento externo”, agregó.

Además, Yasky destacó: “La reforma laboral en la Argentina va a tener una resistencia de los sectores sindicalizados, de los movimientos sociales, de todos aquellos que aspiran a tener un país en el que haya un mínimo nivel de distribución de la riqueza. Por eso creo que a diferencia de lo que pasó en Brasil, en la Argentina la reforma laboral no va a pasar. Los cambios que quieren hacer significarían ir a una Argentina pre peronista. Significaría un viaje al pasado que nos depositaría en plena década infame. Y entiendo que el sector popular mayoritario en Argentina que tiene que ver con distintas vertientes del peronismo, del justicialismo, aún con todas las contradicciones que puedan existir, mayoritariamente está en contra de esta reforma. Por eso creo que el gobierno sabe que tiene que caminar por un desfiladero muy estrecho y muy difícilmente logre el objetivo”. 

-¿Cree que el movimiento obrero sindical tiene que estar más cerca todavía del arco opositor?

-Hay que trazar una línea divisoria en el movimiento sindical y en el movimiento obrero. Esa línea divisoria tiene que ser poner de un lado a las regionales de la CGT, a la Corriente Sindical Federal, al sector que representa Pablo Moyano, a las distintas expresiones del movimiento sindical vinculado a las dos CTA. Del otro lado hay que dejar a los que quieren seguir la luna de miel con el gobierno, que creo que hoy por hoy representan una porción minoritaria de la CGT. Si nosotros sumamos todo aquello que exista en la CGT y que hoy está con una mirada crítica hacia la política del macrismo, que hoy está dispuesto a confrontar con la reforma laboral, sumamos a los movimientos sociales, a las dos CTA, evidentemente hay una masa lo suficientemente sólida y amplia como para parar la iniciativa del gobierno de tratar de ir a una Argentina pre peronista, en la que los derechos sociales desaparezcan. Es más, creo que en esa correlación de fuerzas hasta es posible pensar que podamos volver a discutir la movilidad jubilatoria, todos estos decretos que firmó el presidente Macri tirando al tacho de la basura la división de poderes, pretendiendo darle al Parlamento un papel absolutamente accesorio y residual. Creo que es posible revertir la situación y es necesaria la unidad del movimiento sindical y social para tratar de dividir aguas. Los sectores que alentaron una especie de asociación o una relación de complacencia con el oficialismo hoy son minoritarios y sería muy importante que en la CGT esa expresión minoritaria dejara de tener la hegemonía que hoy tiene.

-¿A quiénes se refiere puntualmente cuando habla de la esta expresión minoritaria?

-A la mesa chica, a 'los gordos', a los llamados independientes, a ese puñado de dirigentes sindicales que fue el que de alguna manera construyó la arquitectura de esta relación de complacencia con el gobierno, que le hizo mucho daño al movimiento obrero porque hoy estamos peleando por cuestiones elementales: defender las conquistas, tener paritarias libres. Nada de lo que supuestamente iba a ser el logro de una política de colaboración, de entendimiento, donde teóricamente la razón de ser de esa actitud complaciente tendría que ver con que el oficialismo iba a respetar las conquistas. Todas esas mentiras, la realidad se encargó de demostrar que no existen.

-¿Cree que la mesa chica de la CGT le hace el caldo gordo al gobierno?

-Lamentablemente hasta ahora hizo eso. Fue el sector que de alguna manera, después de que el gobierno derogó la ley antidespidos, fue el que puso paños fríos y timoneó este período tan negativo de una CGT que parecía querer ser la pata del oficialismo dentro del movimiento sindical.

-Respecto a la unidad en el ámbito sindical, ¿cree que es necesario dejar de lado diferencias para unirse a nivel macro?

-Por supuesto. Si nosotros pudiéramos lograr expandir el espacio dispuesto a confrontar con el macrismo, si pudiéramos juntar las astillas y los fraccionamientos de las distintas vertientes que se denominan justicialistas, o pertenecientes al peronismo, y lograr el más amplio nivel de unidad, va a ser necesario trabajar para eso.

A su vez, Yasky subrayó: “Si vamos a construir oposición, vamos a hacerlo con consecuencia, con compromiso, sobre todo con la gente que está sufriendo hoy. Porque uno no puede hacer discusiones teóricas olvidándose de las penurias que están viviendo los jubilados, la gente que hoy está empobreciéndose, pasando hambre, los que pierden trabajo, los que son reprimidos, entonces si nos vamos a impregnar de eso para discutir cómo construimos la oposición, bienvenida la amplitud. Ahora, si nos vamos a querer inocular nosotros de la ideología del macrismo para decir que hay que construir el 'peronismo del centro' o el 'justicialismo de mercado', y algunas cosas que he escuchado de algunos de estos personajes que siempre están tratando de zigzaguear y de no asumir compromiso con la causa de los que más sufren en este momento, creo que no hay que perder tiempo”.



Audio de la entrevista: https://radiocut.fm/audiocut/hugo-yasky-en-la-argentina-la-reforma-laboral-no-va-a-pasar/


Imagen: Archivo CTA