'No al cierre del Arte Cinema' se lee en un cartel con grandes letras azules pegado sobre la pared externa del edificio ubicado en Salta 1620, esquina Avenida Juan de Garay, en la Comuna 1, al sur de la ciudad.
En el marco de un abrazo simbólico convocado para defender la continuidad de la sala, el colectivo 'Vecinos y Amigos del Arte Cinema' tomaron la calle por asalto para visibilizar la problemática. Uno de los integrantes informaba a los habitués y a quienes pasaban por la vereda respecto del inminente cierre e invitaba a firmar para apoyar el espacio. En la esquina, otra de las integrantes explicaba con un megáfono el conflicto.
"Nos enteramos que a partir del 30 de julio por decisión de presidencia de la Nación este cine que funciona desde el 2009 con subsidio estatal, acercando el cine de autor y nacional al barrio, está condenado al cierre", manifestó Diego González, maestro de escuela, "cliente del cine", según se definió, e integrante de 'Vecinos y Amigos del Arte Cinema'.
Además, describió: "Nos hemos organizado para tratar de impedir el cierre por varios frentes: vía recurso de amparo, vía proyecto de ley en la Legislatura; estamos juntando firmas y también organizando festivales gratuitos para hacer visible nuestra protesta". Y agregó: "Necesitamos que todos, quien pueda, aporte su firma para esta causa que consideramos más que noble que es tratar de impedir el cierre de un cine".
Las entradas tienen precios populares, lo cual es difícil de encontrar en la Ciudad de Buenos Aires. Para el público general el valor es de 15 pesos y 7,50 para estudiantes y jubilados. "Los fines de semana se llena de niños en edad escolar. Los papás, las mamás, sobre todo de menores recursos, pueden traer a sus hijos a ver películas infantiles ya que la oferta es muy buena", destacó González. Sin embargo, aclaró: "Este cine, en lo monetario, da pérdida. Entendemos que la visión que tienen es utilitarista. Todos quieren sustentarlo en la ganancia. Para nosotros la ganancia en la cultura es que llegue a seres humanos".
Por otro lado, según comentó el docente, acusan de haber cometido supuestas irregularidades a personas relacionadas con el cine. De todos modos, sentenció: "Eso lo tiene que probar la Justicia. No tiene nada que ver esto con tener que cerrar un cine".
En las tres salas continúa habiendo funciones con total normalidad y para las vacaciones de invierno la programación ya está definida desde el jueves 20 de julio hasta el domingo 30; mientras que el lunes 24 las puertas no abrirán al público. "Ya han venido a tasar el edificio, las instalaciones del cine. Lo quieren vender. El contrato de alquiler ya no va a poder ser pagado porque no hay subsidio. Está decretado el cierre del cine y queremos tratar de impedirlo", subrayó González.
'El cine en el barrio es cultura e inclusión', reza uno de los carteles que el grupo de vecinas y vecinos colocó en la pared externa del edificio que da a la esquina de la Avenida Juan de Garay y la calle Salta, en Constitución. La actriz Alejandra Colunga, que actuó en la película Camila (1984) de María Luisa Bemberg, entre otros trabajos, estuvo pegando carteles hechos con esténciles y luego se dispuso a alertar a los transeúntes desde un megáfono blanco y rojo. "La sala tiene una programación de primera línea, nacional e internacional. Hay muchas películas que no se pueden ver si no se viene acá o a alguna de las otras salas del Incaa. Se trata de una decisión política de dejar de hacer llegar la cultura a la gente", esgrimió.
(Pie de foto - En el cartel se lee: "Señores vecinos y clientes: A partir del 31/07 el cine se cierra. Necesitamos de su apoyo para seguir estando. Pida firmar en boletería o mandar un mail elevando queja a presidencia@incaa.gob.ar).
"El cine nacional necesita este tipo de impulsos porque en otras salas cuesta mucho más mantener la película en cartelera y el cine nacional no puede competir con las grandes producciones internacionales. Entonces para nosotros los actores es importante que continúen abiertos estos espacios. También para los cineastas y los documentalistas que no les pasan sus películas en otras salas más que los espacios Incaa. Una sala menos es penoso", se quejó la actriz e invitó, para el sábado a las 15:00 en el mismo lugar, a un festival en apoyo al Arte Cinema. "Van a venir distintas murgas, conjuntos folklóricos excelentes, cineastas y actores. Además va a haber proyección de cortos. Participarán estudiantes de cine de distintas escuelas que están mancomunados en una asamblea y se va a presentar mínimo un corto por escuela. Ellos obviamente también están preocupados por este tema".
La sala cuenta con cuatro trabajadores que dejarán sus funciones a partir del 31 de julio. Fueron despedidos pero cobraron dos meses de preaviso, como lo estipula la ley de contrato de trabajo. Por otro lado, les ofrecieron una continuidad laboral en la órbita del Incaa. Sin embargo perderán su antigüedad y aún desconocen las condiciones laborales que tendrán.
Desde la boletería, uno de ellos*, con siete años de antigüedad, reconoció: "Con lo que recaudamos no se llega a pagar ni la mitad de la luz que está viniendo en 26.000 pesos. Mientras que las expensas están en alrededor de 25.000. Entonces los dueños quieren cerrarlo y venderlo porque no hay manera de que se pueda sostener. Lo único que quieren los dueños es que siga siendo espacio Incaa, si es que lo siguen alquilando, pero el Incaa no lo quiere alquilar más".
"Ahora que empezaron las vacaciones de invierno viene bastante gente pero fue decayendo este último tiempo. Cambiaron los formatos de las películas y digitalizaron todas las salas excepto esta. Entonces sólo podemos tener estrenos después de cinco o seis meses que se estrenaron pero la gente ya no las quiere ver. Casi siempre vienen las mismas personas del barrio. Los fines de semana viene más gente", dijo el trabajador quien además expresó su congoja respecto del cierre de este espacio. "Es como mi casa. Estoy más tiempo acá que en mi casa. Somos cuatro personas y es como una familia", expresó el boletero quien por otro lado confesó estar tranquilo de no quedarse sin trabajo aunque pierda la antigüedad. A la vez, señaló: "Los dueños vieron como una posibilidad la compra del cine pero no les funcionó".
En este sentido, el vecino a cargo de la planilla de firmas comentó que con el cine Gaumont había pasado algo parecido. "En el 2012 también el espacio Incaa Gaumont estaba condenado al cierre. Ocurrió que se acercaron con un proyecto a las autoridades del Instituto del Cine solicitando que revieran esta situación en pos de evitar el cierre. Entonces el Estado compró las instalaciones del cine por lo tanto no se puede cerrar porque es propiedad de todos los argentinos".
Adentro, algunos adultos acompañados de niños y niñas salían de la función del film de animación uruguayo-colombiano 'Anina', de Alfredo Soderguit (2013). Otras personas, hacían cola para la película estadounidense en castellano 'Power Rangers', de Dean Israelite (2017). Y en minutos, también comenzaba la proyección del documental de Miguel Mirra de 2017, 'Autogestión (Otro mundo es posible)'.
*Se reserva la identidad del trabajador.
