Las compañeras y los compañeros del Frente Nuevo Encuentro -
Comuna 12 invitaron a los vecinos y vecinas de Saavedra a una charla y mateada
con la participación del economista Alejandro Barrios y del antropólogo
Alejandro Grimson para dialogar respecto de una autocrítica constructiva que,
lejos de inmovilizarnos, nos posibilite pensar en generar nuevas herramientas
de participación popular y avanzar hacia un futuro más promisorio en Argentina.
El Licenciado en Economía (Universidad de Buenos Aires)
Alejandro Barrios , docente de la Universidad Nacional de Moreno y de la
Facultad de Ciencias Sociales (UBA), funcionario del Poder Ejecutivo Nacional
desde el 2007 hasta el 2015 pero con un cargo actual en el Ministerio de
Economía, expresidente de la Comisión Nacional de Comercio Exterior (2007-2011),
exdirector del Indec y autor de Buenas Herencias, el legado económico del
kirchnerismo (2015), introdujo tres preguntas para orientar su exposición y dar
un puntapié inicial al debate: “¿Por qué estamos hoy acá?”, en referencia al
escenario político, “¿Por qué estamos acá?”, reunidos y debatiendo, y “¿Cómo
seguimos?”. “Para la primera pregunta hay varias respuestas posibles. La
principal es porque perdimos, porque si hubiésemos ganado no estábamos hoy acá.
Porque estuvimos doce años en el gobierno y no hicimos plazas, no hablamos con
los vecinos, descansamos en las cadenas de Cristina y los funcionarios
nacionales no salíamos a hablar con los vecinos ni a explicar las políticas
públicas. Otra posible respuesta es que hoy estamos acá porque el enemigo era
muy poderoso y nos ganó. Entonces nosotros no tenemos la culpa de nuestra
derrota y esto fue obra de un poder maléfico”, analizó con sorna. “Y otra cosa,
que a mí me parece que es más rica, es que nos hagamos cargo de los errores que
cometimos que fueron importantes, en la gestión pública y sobre todo en el
Ministerio de Economía del que formo parte hasta el 2019”.
“Creo que hicimos cosas muy mal. A nivel de gestión,
queríamos repetir en el período 2011 – 2015 las mismas cosas que hicimos desde
el 2003 hasta el 2011 y el mundo era exactamente otro. Entonces fuimos
porfiados con esto del desendeudamiento y quizá nos faltaban 5 ó 6 luquitas
para llegar al 2015 con una tasa de crecimiento mayor que la que llegamos. Y
había un grupo de compañeros dentro del Ministerio de Economía que decían ‘che,
no es grave salir a pedir plata’ y otros participantes acusaban ‘eh, ustedes
son los endeudadores seriales’. Ganó esa posición dentro del Poder Ejecutivo
Nacional (PEN) y llegamos al 2015 como llegamos. Era obvio que a aquel gobierno
en la campaña electoral lo bancaba la Argentina Trabaja, el Ellas Hacen, pero
nosotros como hacedores de la política económica nunca generamos, ni intentamos
generar un actor económico. El pueblo argentino no sabe que a este modelo lo
apoyó mucha pyme porque nosotros no transformamos las políticas públicas en un
actor económico que saliera a defender esas políticas públicas. En el 2015 le
quedó claro al pueblo argentino que al kirchnerismo lo defendían los pobres,
algunos, los intelectuales, los académicos pero los industriales parece que no
eran parte de él. Y ahora, cuando se están cayendo muchas de las protecciones
comerciales que tenía el modelo anterior, a uno lo llaman por teléfono esos
mismos industriales para saber qué va a pasar y es obvio lo que va a pasar. En
vez de llamarme a mí tendrían que hacer una vaquita y poner una solicitada para
explicar que sobrevivieron estos doce años no porque sean unos genios de la
industria, sino porque hubo un gobierno que pagó el costo político, regional y
mundial para que ‘vos pudieras vender planchas Liliana’. Hubo un gobierno que
firmó un antidumping contra Chile y
contra Brasil para que Liliana pudiera vender licuadoras. Ahora, no le quedó
claro a la sociedad de Rosario que esa fábrica está ahí porque Cristina pagó el
costo político frente a la OMC (Organización Mundial del Comercio) para
proteger que acá no entrara nada para que Liliana generara empleo industrial”.
“Estamos hoy acá por nuestros profundos errores, de gestión
en principio y después políticos. Nosotros fuimos a una elección diciendo que
‘el candidato es el proyecto’. En este país que es presidencialista no se le
puede decir a un vecino de Moreno, con el barro hasta el cogote, ‘el candidato
es el proyecto’, el de ‘la década ganada’. ‘Vos me tenés que hablar de política
y me tenés que hablar de futuro, de cómo yo voy a mejorar mi situación actual
porque por acá no pasó la década ganada’. Nadie hace política con el pasado.
Fuimos a una campaña presidencial a hablar de ‘la década ganada’ y hablar de
que ‘el candidato es el proyecto’ porque no nos bancábamos al candidato. Entonces,
¿vamos a una elección presidencial con un candidato que ni nosotros podemos
nombrar? Estábamos en una universidad que crearon Néstor y Cristina para los
gurices de Moreno y todos hablaban de lo terrible que se venía si ganaba (Mauricio)
Macri. Cuando llegó mi turno de hablar dije ‘si es tan terrible lo que se va a
venir si gana Macri, ¿no podemos nombrar a nuestro candidato?’. ‘S C I O L I’.
Ya lo había elegido la presidenta, ya está, basta de discutir. Una vez que se
eligió el candidato (Daniel) Scioli pasó a ser (Lionel) Messi con genes de
(Diego) Maradona. Y el equipo de Scioli pasó a ser infinitamente mejor que
(Axel) Kicillof. Una vez que la conducción decide, los demás tenemos que hacer
campaña así. Yo decía en las plazas que (Silvina) Batakis era diez veces mejor
que Kicillof. Yo quería ganar la elección, no que me abrazaran hasta que
volviera Cristina”.
En alusión a la segunda pregunta acerca de por qué estamos
acá reunidos y debatiendo, Barrios sentenció: “Nosotros tenemos que hacer
política, no tenemos que resistir. Yo no voy a las plazas de Salta, de Tapalqué
a resistir sino para hacer política. Hay compañeros que tienen que resistir
porque están siendo atacados en sus lugares de trabajo estatal y privado y
tienen que resistir el desempleo, etc. Ahora, los demás tenemos que hacer
política y qué es hacer política, volver a tejer esa mayoría popular que
perdimos. Porque el otro error que cometimos fue el de ser muy soberbios. Hay
un montón de compañeros que tienen que estar acá y no están acá por nosotros. Y
nosotros, después de la derrota, cuando hablamos enseguida nos sale la palabra
‘traidor’. Nunca nos sale: ‘che, vamos a ver si construimos de vuelta los
puentes’. O, los que rompimos los puentes, cruzamos al otro lado, pedimos
disculpas y que esos compañeros vuelvan a este espacio, porque esos compañeros
van a volver si nosotros la cortamos con la soberbia. Porque parece que hay
gente que no hizo campaña para ganar y hoy son los que reclaman protagonismo”.
“Yo creo que hay un diagnóstico equivocado sobre la
situación actual. La principal buena herencia que dejan Néstor y Cristina es el
desendeudamiento. Si nosotros estamos argumentando todo el tiempo sobre el
desendeudamiento, ¿cómo somos tan torpes de decir que la firma o que votar este
proyecto es endeudar para toda la historia la patria?”, en referencia al
acuerdo de pago con los fondos buitres. “Eso no es así, eso es mentira. Si
nosotros decimos que Néstor fue un genio de la democracia porque les ofreció a
los futuros carapálidas que van a gobernar este país una gobernabilidad, que
nunca más se va a tener que prostituir la democracia popular frente a los
acreedores externos es porque dejó una patria desendeudada. Si está
desendeudada, 12 mil ó 15 mil no le hacen a la cuestión. El problema es que es
abrir la puerta para ir a jugar. Quiere decir que la patria se va a
sobreendeudar nuevamente en el corto, mediano plazo, pero no hoy firmando este
acuerdo. Digamos claramente que nos oponemos a este acuerdo porque tiene
probabilidades de hacer otro acuerdo, como veníamos negociando nosotros, pero
no porque vamos a sobreendeudar al país. Solamente lo vamos a sobreendeudar si
nosotros seguimos con nuestras mezquindades. No se sobreendeuda el país con un
acuerdo, ni en un año, sino si entra en un proceso como la década del 90 y como
fue del 76 hasta el 83. La deuda sobre el PBI (Producto Bruto Interno) es
mínima, esto no lo va a modificar sustancialmente. Lo que sí es verdad es que
esto es la puerta para que estos chicos vayan a jugar a los mercados
internacionales. El peligro es que se venga un proceso de sobreendeudamiento. Entonces
basta de decirles traidores a los legisladores que tienen una posición
diferente a la nuestra. Si le decimos a todos traidores, ¿quién va a volver con
nosotros? Es un problema que hagamos política de esa manera. No podemos
argumentar nuestro proyecto sin insultar a nadie. Si es verdad que el que está
enfrente es tan poderoso como nunca conocimos en nuestra historia como campo
popular, por algo va a venir (Barack) Obama acá, por algo van a llegar los
dólares para este proyecto porque para la embajada es muy importante que este
proyecto se consolide en la Argentina, ¿cómo es que nosotros descartamos soldados
todo el tiempo? Se viene una etapa en que hay que reconstruir las mayorías y
para eso hay que ser muy generosos políticamente y no hay que andar con el
dedito acusador”.
Sobre la última pregunta plateada por Barrios respecto de
cómo seguimos, mencionó: “A mí me parece que hay que empezar a plantear cuál es
la propuesta para volver a enamorar al pueblo argentino. No podemos enamorarlo con
la década ganada. Ya fue eso. Nosotros le dijimos a las compañeras que la AUH
(Asignación Universal por Hijo) era un derecho y no se lo podemos seguir
cobrando más. La dimos en el 2009 y ya nos pagaron con el voto en el 2011.
Tenemos que hacer un proyecto de país que vuelva a enamorar al pueblo argentino
con nuestra propuesta. Sentémonos a discutir cuál es el nuevo proyecto de país
en este nuevo contexto internacional que no tiene nada que ver, ni va a tener
nada que ver con el 2003 – 2011. El modelo de Néstor fue posible porque había
una sobredisponibilidad de dólares. Las democracias en América latina, y sobre
todo en Argentina, cada vez que les faltan dólares los gobiernos populares
saltan por el aire. Si tenemos vocación de poder y queremos volver al gobierno
tenemos que saber cómo vamos a conseguir los 80.000 millones de dólares anuales
que necesitamos para que la economía más o menos funcione. 70.000 millones son
sólo de importaciones, después vienen las remesas, los pagos de intereses, el
turismo que a la clase media le gusta. Cómo vamos a pensar un proyecto de país
que incluya una salida sobre ese tema que es crucial para nosotros. La política
se hace hablando de futuro, qué futuro mejor le ofrezco al pueblo argentino
para que vuelva a confiar en este espacio político que lo va a llevar a ese
escenario de mejor calidad de vida. La otra cosa es si renunciamos para siempre
a la Capital Federal. En la Capital Federal hacemos política hablando de la
economía y la política nacional; no tenemos una propuesta de Ciudad que nuevos
representantes tienen que llevar adelante porque espero que los comuneros de
Saavedra salgan de acá, de esta plaza, no que alguien desde Balcarce 50 diga
quién va primero en la lista. Viene una demanda de abajo muy importante, basta
de Balcarse 50 porque ya no va a estar más y va a venir una etapa como la de
Néstor ‘Que florezcan mil flores’ y todas las flores van a tener que ser
regadas en este jardín popular. Todas, no solamente la que adhiere fielmente a
la conducción. Todas tienen que tener un lugar”.
“El actor protagónico de la etapa que viene son los
trabajadores y sus dirigentes sindicales. Yo sé que hay gente que tiene
problemas con sus dirigentes sindicales pero aquel que tenga problemas con el
dirigente sindical de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) que deje el laburo que
tiene ahora, que se vaya a una metalúrgica, se haga delegado y que le gane el
sindicato a (Antonio) Caló. A Caló lo eligen los metalúrgicos, a (Hugo) Moyano
lo eligen los camioneros. Si querés disputarle a Moyano te tenés que hacer
camionero, formar un sindicato y ganarle a Moyano. El nuevo protagonismo lo van
a tener los trabajadores. Si en el 2001 fueron los desocupados porque había 25
% de desocupación y 50 % de pobreza, en esta etapa hacer un ajuste con 6 % de
desempleo y la puja distributiva allá arriba, nos guste o no nos guste, el
próximo protagonista van a ser los trabajadores. Y nosotros, los académicos,
los intelectuales, vamos a tener que abrirnos y dejarlos de protagonizar. Tengo
una noticia que darles: el 24 de Marzo (Día Nacional de la Memoria por la
Verdad y la Justicia) vamos a marchar con una columna que dice CTA y CGT. Y hay
muchos gremios de CGT y de CTA que van a marchar juntos por primera vez en una
marcha del 24. ¿Saben por qué se hizo eso? Porque hay compañeros tejiendo,
haciendo política, no preocupándose; ocupándose de la política para frenar al
macrismo. Al macrismo sólo lo frenamos si ganamos en el 2017".
Por su parte, el Doctor en Antropología (Universidad de
Brasilia), investigador independiente del Conicet y profesor titular de la
Universidad Nacional de San Martín, Alejandro Grimson, expresó su coincidencia
con Barrios, sin embargo destacó: “Creo que estamos en una etapa donde tenemos
que darnos el lujo de disentir, de polemizar para tratar de escucharnos, de
entendernos, de aprender del otro, de dialogar. En ese sentido creo que lo que
dijo el negro (por Barrios) y lo que voy a decir yo, sé que son cosas muy
polémicas pero me parece que es lo que hay que hacer en este momento; no
siempre. Si mañana hay campaña electoral no habría que hacer esto sino otra
cosa. Corremos el riesgo de no entender en qué situación política estamos, qué
es el macrismo, por qué perdimos, y cuál es el futuro que tenemos en el próximo
año y medio. Hay dos caracterizaciones muy distintas sobre el macrismo. Las dos
coinciden en un punto central que es el balance de los cien días. En cien días
el macrismo hizo una transferencia de ingresos brutal de los sectores populares
hacia los sectores más concentrados de la economía. Creo que hay una discusión
que tenemos que dar que es: si este gobierno vino para hacer esa transferencia
y otras brutales y recomponer esa situación, es decir, borrar los derechos que
se lograron todos estos años, o si este gobierno vino a cambiar la relación de
fuerzas para establecer relaciones de fuerza políticas y económicas muy
distintas en los próximos años en la Argentina y con pretensión de que sea otra
década o dos décadas. Acá hay un problema central. Hay muchos compañeros
creyendo que porque Macri va muy rápido y la inflación es muy alta, ‘Macri se
cae solo’, ‘el gobierno se va a caer’, ‘no aguantan ni tres meses’, etc., y no
entienden algo crucial que es lo siguiente: el macrismo es un proyecto
hegemónico en el sentido gramsciano. O sea, el macrismo es un proyecto de una
derecha que quiere ser sustentable. Aprendieron de (Ricardo) López Murphy. En
el mundo hay muchas derechas sustentables. Hay muchos gobiernos de derecha en
el planeta que siguen y van logrando que la izquierda y la centroizquierda se
vayan desplazando hacia el centro y terminen adoptando el mismo programa
económico y anulen el debate político. Nosotros cometimos el error de
subestimar a Macri cuando se postuló a jefe de Gobierno, cuando fue al
ballotage con (Martín) Lousteau, y el 25 de octubre. Asumamos el error. Lo digo
en primera persona del plural también por un poco de generosidad. En algunos
casos nos inscribimos todos en la subestimación y en otros casos fueron
subestimaciones más localizables en algunos compañeros y en algunos dirigentes.
Pero está claro que el Frente para la Victoria (FpV) como colectivo subestimó
al macrismo porque pensaba que nunca iba a poder ganar la elección Macri como
presidente de la Argentina, la elección de la Ciudad, la reelección, la
elección de (Horacio) Rodríguez Larreta, seamos serios, veamos quién está
ganado la ciudad de Buenos Aires. Entonces una cosa que no podemos volver a
hacer nunca más es subestimar al macrismo. Es un proyecto de derecha que viene
con la idea de instalarse en la Argentina y construir una hegemonía duradera.
Que va a haber conflicto, obvio, en la Argentina siempre hay conflicto. No
conozco gobierno sin conflicto. Pero quién dice que ese conflicto se va a
ganar, que esa lucha se va a ganar, que eso se va a revertir contra el
macrismo. ¿El macrismo va a perder imagen los próximos meses? Seguramente va a
perder pero, ¿quién dijo que esa imagen va a subir para el FpV? ¿De dónde
sacamos eso? En la Ciudad de Buenos Aires el macrismo perdió imagen y el que
sacó el 49 % fue Lousteau”.
“No hay nada escrito, hay que hacer política si uno quiere
tratar de intervenir sobre el futuro. Ahí hay un primer problema. Es terrible
el modelo económico que están intentando instalar pero eso es lo que pensamos
nosotros. 2/3 de la población en este momento no piensa exactamente eso.
Seguramente muchos van a ir distanciándose pero eso no asegura que el macrismo pierda
elecciones y mucho menos que eso lleve a que el FpV recupere el protagonismo
que tiene que tener. Tenemos que entender por qué perdimos la elección y cuáles
fueron los errores que cometimos en los últimos años. Trato de sintetizarlo en
una frase: el error principal que cometió el gobierno entre el 2011 y el 2015
fue dejar de construir hegemonía. En (Antonio) Gramsci, ese gran dirigente de
la izquierda italiana había dos ideas principales. Una, dar la disputa por el
‘sentido común’, o sea que el pequeño empresario entienda que ‘No fue magia’
pero enserio, no se cambiaron los actores sociales en ninguno de los niveles.
En el mundo sindical estamos bastante parecidos, no se cambiaron los actores
sociales. O sea que la disputa por el ‘sentido común’ fue muy parcial y muy
sesgada pero en eso no voy a profundizar porque es lo que se viene llamando
‘batalla cultural’ y eso me llevaría a una charla sobre otro tema que no es el
que quiero trabajar hoy con ustedes. El tema que quiero trabajar es la segunda
acepción del concepto de ‘hegemonía’ en Gramsci que decía que es ‘conceder lo
no esencial para preservar lo esencial’. Primero hay que definir qué es lo
esencial: un proyecto democrático, igualitario, popular, nacional. No puedo
decir ‘el que quiera venir que venga y el que no, está en la vereda de
enfrente’. Porque cuando digo eso, abandono la lucha hegemónica. Tengo que ver
cuáles son todas las presiones y demandas que hay y cuáles voy a incorporar a
mi propio programa aunque no sean mis demandas. La historia está llena de
ejemplos. Cuando los obreros comunistas advirtieron que ellos no podían ganar
contra el zarismo, dijeron ‘necesitamos a los campesinos pero no podemos
proponerles la propiedad privada de la tierra, les vamos a proponer reforma
agraria’ que no es una medida del programa de (Karl) Marx pero es una medida
que puede hacer que tiremos al zarismo abajo. Eso es hegemonía. No podés decir
‘no discuto impuesto a las ganancias con ustedes porque es el 10 % más rico’.
Es verdad que es el 10, 12, 14 pero también es verdad que es horrible el
impuesto que dejó el kirchnerismo en 2015. Porque los que ganan 30 mil pesos
pagan lo mismo que los gerentes y los CEO’s (Chief Executive Officer – Director
Ejecutivo) que están hoy dirigiendo una parte del país, que ganaban 500 mil
pesos, 800 mil pesos. En ningún país progresista, con un mínimo de igualdad,
una persona que gana 500 mil paga lo mismo de impuesto a los ingresos que
alguien que gana 30 mil. No es nuestro proyecto ese, que paguen todos lo mismo.
Ahí había otro costo político para pagar que era cruzar el 45 % que es lo que
tienen que pagar los CEO’s de las trasnacionales en impuesto a las ganancias.
Entonces bajo el impuesto pero sin el costo fiscal para el Estado. Había formas
de hacerlo hegemónicamente”.
“Ahora lo decimos todos. Un error que cometimos es que solo
le hablamos a los convencidos. Entonces vamos a hablarle a los indecisos que
son 1/3 del país, que una vez la votaron a Cristina y otra vez lo votaron a
Macri. O sea, entre los votos de Macri es obvio que hay votos del 54 % sino no
dan las cuentas. Cuando vos les querés hablar a los indecisos, la primera
condición es escucharlos. No les podés hablar sin escucharlos. Los indecisos
son indecisos no porque son tontos sino porque tienen críticas, objeciones,
reclamos, exigencias, diferencias. Si querés hablar con ellos, tenés que
escuchar sus diferencias, sus críticas y ver cuáles de ellas se pueden conceder
y cuáles no. El gobierno que se fue tuvo muchísimas verdades para defender
contra gobiernos mediáticos muy fuertes. Tenía siempre un tiro en el pie que
era que todo el país sabía que la medida del IPC (Indice del Precios al
Consumidor) era falsa. Que no podía ser que había 20 % de aumento salarial por
arriba de la inflación real, y no se podía decir la palabra inflación, se decía
aumento de precios. Y sea falsedad le quitaba legitimidad a muchísimas verdades
que el gobierno tenía que defender, le quitaba credibilidad. Durante los
últimos años eso fue socavando las bases de credibilidad del gobierno. Y esos
errores son tremendos porque nunca el kirchnerismo ganó una elección por sí
mismo. En 2003 Néstor se alió con (Eduardo) Duhalde, presidente de la Nación en
aquel momento y Daniel Scioli, sino no ganaba, no pasaba el ballotage, no era
el adversario de (Carlos) Menem. En 2007, Cristina fue con (Julio Cleto) Cobos
y los radicales K y sacó el 45 % que hizo que no fuera a la segunda vuelta. Sin
los radicales K había segunda vuelta seguro, otra historia que nunca se va a
saber qué hubiera sucedido. En 2011 que muchos creyeron que Cristina ganó sola,
hizo una elección descomunal, 54 a 17, una cosa impresionante pero entre esos
votos estaban los de (Sergio) Massa, los de (José Manuel) De la Sota, los de
Hugo Moyano, los de Felipe Solá y todos los que no son el núcleo más duro que
está planteando ‘Cristina conducción’ en este momento. Entonces, ¿los votos de
quién son? ¿Son de Cristina o de los gobernadores? No se sabe, no hay
matemática para eso pero hay que tener cuidado porque ahí donde los
gobernadores dijeron voten a Scioli, el voto fue a Scioli y De la Sota dijo
otra cosa y los votos se fueron todos para otro lado, para Macri. Y con los
votos de Córdoba y un poco más la elección iba a ser muy distinta. Hay que
asumir que perdimos por muy poco. La verdad es que yo me siento hoy con todo
orgullo político a discutir con cualquier compañero que venga del trotskismo a
decirle ‘si vos creés que Scioli era lo mismo, sos un canalla’. Esto que está
pasando hoy no pasaba con Daniel Scioli presidente. ¿Qué es lo que no pasaba
seguro? Porque yo no puedo poner las manos en el fuego por ninguna persona,
pero sí pongo las manos en el fuego por una relación de fuerzas social y
política. Sin la derrota del FpV nadie podía imponer las cosas que está
imponiendo este gobierno. Creo que es un error plantear la discusión sobre la
deuda, que acabamos de perder desastrosamente en el Parlamento, como ‘Patria o
Buitres’. Es un error garrafal. Porque a mí me dicen ‘yo prefiero que la
Argentina muera de pie’; no, yo prefiero que la Argentina viva. ‘Yo prefiero
que la Argentina se sacrifique en pos de todos los deudores del planeta que
algún día deberían reestructurar su deuda’; no, yo quiero que la Argentina se
solidarice con todos los deudores, igual que ellos con nosotros en declaraciones
en Naciones Unidas, en otros lugares pero defender el interés nacional, a ver
si nos ponemos de acuerdo, es pensar qué es lo que más le conviene a la Argentina
en este momento, hoy. ¿Qué le conviene a la Argentina? Esa es nuestra pregunta
política. Rechazar el acuerdo que propone Macri pero no porque nunca le podamos
garpar a los buitres, no porque nunca le podamos garpar 12 lucas, terribles, a
los buitres, sino porque quizá al garparle las 12 lucas a los buitres se abra
un juicio que termine con 500.000 millones de dólares de deuda externa
destruyendo el futuro no de nosotros, no de nuestros hijos, de los hijos de
nuestros nietos. No es ‘Patria o Buitres’. Como el dijo el negro, si son 12
millones de dólares y con eso la Argentina sale de la deuda, yo voy a defender
públicamente que hay que pagarlos. Pero no son 12 mil. Que me aseguren y me den
certeza de que nunca más se abre el juicio de la deuda, que nunca más vengan a
cuestionarnos que les paguemos lo mismo que a los buitres, que no hay derecho
al 93 % a reclamar; yo quiero esa certeza, son esa certeza voto en contra de
cualquier proyecto, voto en contra de poner en riesgo a este país devuelta. No
es ‘Patria o Buitres’ el problema. Hacemos mal la campaña y perdemos apoyo,
perdemos capacidad de negociación con otros legisladores del PJ y del FpV.
Tenemos que pensar que dejamos de articular heterogeneidades, diversidad, nos
homogeneizamos, somos felices con el 30 % pero perdemos con el 30 %. Somos
felices de tener razón. No tenemos razón, si el pueblo decide otra cosa. Ayer
leía una frase de Juan Domingo Perón que decía ‘No importa lo que nosotros
pensemos acerca de nuestro gobierno, si hicimos buen gobierno o no hicimos buen
gobierno, lo único que importa es lo que piensa el pueblo de nuestro gobierno y
el pueblo se expresa a través de las urnas’. Tremendo. Lo discutía con un
compañero ayer que puse una foto de la masiva movilización de los petistas en
San Pablo defendiendo al gobierno popular y al derecho a defender la voluntad
popular en Brasil. No hay una sola prueba contra Lula. Es una vergüenza que
quieran hacer una condena a través de los medios ni hegemónicos porque O Globo
es diez veces Clarín. Puse eso, ‘hay que defender la voluntad popular con la
gente en la calle’ y me dijeron, ‘¿y acá qué hacemos? ¿Defendemos a Macri?’
Nosotros vamos a ir a luchar contra Macri a través de todas las armas de la
democracia y le queremos ganar en las urnas y en el Parlamento porque también
allí se expresa la voluntad popular y queremos exigir consultas populares
cuando sean cuestiones decisivas para el país. Pero no seamos ingenuos. Si
nosotros vamos con ‘Patria o Buitres’ perdemos la consulta popular sobre la
deuda. Si nosotros nos equivocamos, Macri en la próxima edición, te llama a la
consulta popular y no sale 51 % a 49 %, sale 80 % - 20 %. Hay que tener mucho
cuidado porque cuando cometemos errores políticos graves, perdés elecciones,
perdés el gobierno, le das el gobierno a estos tipos, se ponen a hablar de
derechos humanos de la manera más descarada del mundo, hacen las cosas que
están haciendo con la deuda, con el salario, con la inflación”.
Para concluir, Grimson señaló: “No cuidar los precios no es
un error político del gobierno. La inflación que estamos viviendo es la
política oficial del gobierno. La pelea se va a dar en las paritarias, va a ser
muy difícil y desigual y dispersa por la situación del sindicalismo.
Necesitamos hacer un balance de qué pasó en los cuatro años y sobre todo en el último
año, necesitamos entender la importancia de construir la política de otra
forma, necesitamos entender lo elemental que es que no podés tener figuras
sustanciales, funcionarios de primer nivel del gobierno haciendo campaña contra
el candidato del oficialismo la semana anterior al ballotage. Necesitamos
fortalecernos, potenciarnos, hacer mejor política de la que venimos haciendo y
encontremos otra respuesta en la ciudadanía de la que venimos encontrando. Podemos
hacer mil plazas y sacar el 10 % de los votos. La plaza sirve si sirve para que
podamos hablar con los 2/3 de los argentinos con los que no estábamos hablando.
Entonces la autocrítica es para ser mucho más fuertes”.