viernes, 11 de agosto de 2017

Berta Carranza: "Mi papá no tuvo justicia"

El relato de los fusilamientos de José León Suárez tiene historias que no cesan. 



Hace 61 años, la dictadura del Teniente General Pedro Eugenio Aramburu mandó a fusilar a disidentes políticos luego de haber reprimido brutal e ilegalmente los levantamientos de los generales Tanco y Valle, que se habían sublevado contra el gobierno de facto. Eran trabajadores, peronistas, que defendían con convicción los ideales de justicia social, independencia económica y soberanía política, frente a un régimen que había proscripto al peronismo. Prohibió símbolos y todo lo que hiciera alusión a Perón y a Evita. 

La noche del 9 de junio de 1956 fueron detenidos doce hombres en una casa de Florida, en el partido bonaerense de Vicente López y llevados a la Unidad Regional de Policía de San Martín, antes del dictado de la ley marcial. En la madrugada, fueron trasladados a los basurales de José León Suárez y salvajemente fusilados. De los doce, murieron cinco: Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Lizaso, Mario Brión y Vicente Damián Rodríguez. Este caso fue investigado por el periodista y escritor Rodolfo Walsh, que plasmó en su emblemática obra Operación Masacre, a partir de un disparador. Alguien dijo: "Hay un fusilado que vive" y eso dio inicio a su investigación. Ese sobreviviente era Carlos Livraga, que hoy vive en California, Estados Unidos. 

"Hay un fusilado que vive" es también el nombre del documental de Laura Lagar y Mario Salvado, de 2016, estrenado en el 32° Festival de Cine de Mar del Plata y presentado en numerosas escuelas, centros culturales y espacios de derechos humanos. El equipo de la Secretaría de Cultura de la CTA, integrado por Belén Peretto, Kevin Mansilla y Gisela Hausler, organizó la proyección del film en el Salón Germán Abdala de la central. Se contó con la presencia de la hija de uno de los fusilados, Berta Carranza; Evita Morales, integrante de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de San Martín; Pablo Guerrini, referente del Club Social y Deportivo Central Ballester que diseñó una camiseta con el pelotón de fusilamiento; el periodista y escritor Gustavo Campana, y los directores y realizadores del film, Lagar y Salvado.

"No hubo justicia para nuestros padres ni para nuestras madres. Estuvimos proscriptos muchos años. Fuimos muchas las familias que sufrimos esta barbarie", sentenció Berta Carranza, hija del ferroviario Nicolás Carranza, del barrio obrero de Boulogne, y uno de los fusilados. 

El documental fue un encargo de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de San Martín, que en principio les había pedido un corto para presentar en las escuelas, para que niñas, niños y adolescentes tomaran contacto con este hecho. A partir de las sucesivas proyecciones y debates, los directores fueron incorporando material y así llegaron a un film de poco más de una hora. La película está producida por Vacasagrada Audiovisual y tiene guión y dirección de Lagar y Salvado.

“En la Comisión decíamos que hay historias sobre derechos humanos que no se han tocado, que no están en los libros ni en las currículas de las escuelas entonces nos pusimos a pensar cómo hacer para hacer llegar esta historia a los chicos de San Martín. Entonces, llegaba el 9 de junio y combinamos con Laura y Mario para hacer un corto de 15 minutos para pasarlo en el cine principal de San Martín, en los tres turnos. Y ahí fueron los chicos de las diferentes escuelas de la zona y después de la proyección, los chicos hacían preguntas. Y esas preguntas llevaron a Laura y a Mario a pensar que había que agrandar el material. No les quedaba claro a los chicos, al ver los bombardeos, por qué querían matar a Perón”, detalló Evita Morales, representante de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de San Martín y referente del primer barrio obrero, Villa Concepción, donde también es parte de la comisión de Familiares, Amigos y Vecinos Detenidos Desaparecidos.

Pablo Guerrini, referente del Club Social y Deportivo Central Ballester, que pertenece a la Primera D de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), nos contó cómo Ezequiel Rodríguez diseñó el pelotón de fusilamiento en la camiseta del club. “La historia de la camiseta arranca en febrero de 2016. Ezequiel me comenta la idea que tiene, diseña la camiseta y tuvimos la suerte de poder usarla ante el torneo de AFA, cuando se cumplen los 60 años del fusilamiento. En esa oportunidad, en el dorso de la camiseta, en vez de los nombres de los jugadores, pusimos los nombres de cada uno de los fusilados. Hayan sobrevivido o no como en el caso de Juan Carlos Livraga, que sobrevivió y el recibió la camiseta con su nombre”. 



El periodista y escritor Gustavo Campana relató que en el 2003 hizo un trabajo con quien fue miembro de la conducción nacional de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), Gonzalo Chávez, y quien además fue el que escribió el primer libro sobre los fusilados de 1956 durante el bombardeo a Plaza de Mayo. “Transcurrió medio siglo entre el hecho y la posibilidad de documentar quiénes habían sido. Y esto fue fruto de que Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo, da una charla en La Plata y le pregunta a todo el auditorio quién le podía dar un nombre de todos aquellos que habían muerto masacrados en el bombardeo, y nadie podía”, narró Campana. Y agregó: “Entonces estamos hablando de una historia que tiene 60 años pero que en realidad todavía hay que redescubrir una y otra vez. Yo vivo muy cerca de la casa donde sucede todo esto, en la casa de Hipólito Yrigoyen, y el barrio en realidad no tiene la real dimensión de lo que pasó en esa casa, qué fue lo que sucedió, la cantidad de fusilamientos. Por lo tanto es como una historia viva que hay que redescubrir aunque hayan pasado ya 60 años”.